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Consolider-Gran Telescopio Canarias: Cómo comunicar Astrofísica

Tras este título, surgen tres preguntas que hay que responder: ¿Qué es GTC? ¿Qué es Consolider-GTC? Y, finalmente, ¿cómo comunicar Astrofísica?

1.- ¿Qué es GTC?

Para comprender la relevancia de un proyecto científico de este tipo, empezamos repasando la definición que  José M. Sánchez Ron hace de “Gran Ciencia” en su “Diccionario de la Ciencia” (2006). GRAN CIENCIA:   Tipo de práctica científica que se inició y desarrolló durante el siglo XX y que requiere de grandes recursos de infraestructura y personal, y, por consiguiente, económicos. Por este motivo, es necesario tomar decisiones políticas de cierta envergadura para iniciar o mantener proyectos de Gran Ciencia. No estaría de más, por consiguiente, que todos —científicos, políticos o simples ciudadanos (no sé muy bien por qué escribo «simples», cuando ser un buen ciudadano es realmente bastante complicado)—  conociéramos no sólo la existencia e importancia de este tipo de ciencia, sino sus mecanismos más notorios. Para contribuir a esta labor de educación social, en una era en la que la ciencia es cuestión de Estado, incluyo aquí este concepto.

El GTC es el mayor telescopio del mundo de su tipo, con un espejo primario de 10,4 m de diámetro. Se encuentra en el Observatorio del Roque de los Muchachos del IAC (La Palma) y su presupuesto de construcción fue de  140 M€. Incorpora los últimos avances tecnológicos, como las ópticas activa y adaptativa, la observación por colas y un programa de mantenimiento preventivo, entre otros. Cuenta con una avanzada instrumentación científica: OSIRIS, CanariCam; EMIR, FRIDA; MEGARA Y MIRADAS. La financiación de la construcción fue 100% española (gobierno central y gobierno de Canarias) con aportaciones del 10& por parte de México y Estados Unidos.

2.- ¿Qué es Consolider-GTC?- http://www.iac.es/proyecto/consolider-ingenio-gtc/

El programa Consolider Ingenio 2010 del antiguo MICINN contó con cinco convocatorias (2006-2010) y con una inversión de 320 millones de euros (su intención era movilizar 2.000 millones de euros en 4 años). En 2006 fue aceptado el programa PRIMERA CIENCIA CON EL GTC: LA ASTRONOMÍA ESPAÑOLA EN VANGUARDIA DE LA ASTRONOMÍA EUROPEA, con una duración de 5 años (2006-2011), prorrogado un año más (2012) y una dotación Económica de  5 millones de euros. El programa Consolider-GTC cuenta con el compromiso de 170 astrofísicos, repartidos en 19 grupos de investigación ubicados en 12 centros diferentes.

El programa se desarrolla a partir de 6 objetivos: 1- Optimización del GTC; 2- Ciencia; 3- E-ELT;
4- Instrumentación; 5- IScAI: International School for Advanced Instrumentation; 6-Difusión.

Si ya era (¿era o es?) difícil encontrar una institución con personal dedicado exclusivamente a la divulgación, aún más encontrar un proyecto que dedique un OBJETIVO completo. El Objetivo 6, Difusión, ha contado con presupuesto para contratar a una persona y llevar a cabo actividades durante estos 5 años.

3.- ¿Cómo comunicar Astrofísica?

¿Por qué la astronomía sigue siendo interesante para el público y siempre está presente en los medios generalistas? Primero, porque es de fácil acceso: todo el mundo puede mirar al cielo (excepto en lugares con mucha contaminación lumínica). Segundo, por la pasión de los aficionados: hay un gran número de asociaciones de astrónomos aficionados haciendo una gran labor de divulgación. Y tercero, por la tradición previa en divulgar: la producción de información influye directamente en el impacto (NASA, ESO, ESA, etc.).

¿Cómo se comunican los resultados de investigación? El proceso sigue un orden lógico: 1.- El investigador tiene un resultado. 2.- Se decide qué tipo de producto hay que preparar. 3.- Se lanza. 4.- Se hace un seguimiento del impacto.

Cuando hay una unidad de cultura científica en la institución que se hace cargo de la divulgación, el camino que sigue la información es obvio: los profesionales están formados para dar salida a toda la información generada por el centro de investigación. Si este departamento o área no existe en el centro, es el propio investigador quien lleva a cabo estas labores (si tiene tiempo y ganas).

Las Unidades de Cultura Científica o entidades similares, asumen las labores de comunicación y divulgación. Hay múltiples herramientas, pero aquí vamos a destacar las que hemos puesto en práctica desde el proyecto: creación de página web del proyecto Consolider-GTC ; participación en eventos especiales (como ejemplo, “2009: Año Internacional de la Astronomía” o la feria científica Street Alicante Science); participación y discusión en congresos dedicados a la comunicación de la ciencia (este mismo seminario es un ejemplo de ello); presencia en los medios a través de notas de prensa y otras publicaciones; participación en proyectos (como ejemplo, Teleastronomía ); participación en programas de formación de comunicadores científicos; organización de salas de prensa de congresos (como el IV Congreso de Ciencia con el GTC -2011); cursos de formación en divulgación para investigadores; realización de audiovisuales (ejemplo, anuncio de la IScAI), y un largo etc.

Para cerrar, me gustaría destacar una frase de Simon Mitton, astrofísico y divulgador: “El contrato social no se cumple hasta que no se divulgan los resultados”.

La sociedad tiene el derecho de acceder a la cultura, a la información, y la ciencia no puede estar fuera de ese contrato.

Sobre la autora: Natalia Ruiz Zelmanovitch (@bynzelman), Divulgadora científica en el proyecto “Consolider-GTC” y miembro de la Unidad de Cultura Científica del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA). Autora de Cuentofilia

Nota: este texto resume la presentación que hizo la autora en el seminario “Instituciones científicas: producción y comunicación de la ciencia” que se celebró en Bilbao el 25 de abril de 2012, organizado por la Cátedra de Cultura Científica y la Fundación Biofísica Bizkaia. Ver aquí la crónica que publicó GUK sobre el desarrollo del seminario.


Blogueando desde la Universidad: una experiencia personal

A pesar del gran esfuerzo personal y profesional que para algunos profesores e investigadores universitarios puede llegar a suponer divulgar la Ciencia diariamente a través de sus blogs, esta labor puede convertirse en una de las mayores satisfacciones de su carrera… como es el caso de la persona que suscribe este artículo.

Sin embargo, y aun reconociendo las grandes ventajas que dicha labor ofrece y que posteriormente comentaré, esta opción que escogí libremente no hace mucho tiempo lleva consigo una serie de inconvenientes.

Desde el punto de vista de la comunidad universitaria, y fruto de la falta de cultura científica existente entre algunos sectores de la propia Universidad acerca de la divulgación desde los blogs, un alto porcentaje de la misma considera la labor del divulgador científico un hobby personal fruto del mucho “tiempo libre” que éste tiene, por lo que debería realizarla fuera de su horario laboral, llegando a escucharse comentarios que a veces pueden llegar a minar la labor realizada por el bloguero. Por otra parte, el hecho de que la divulgación científica no esté reconocida curricularmente en ningún baremo universitario le hace plantearse muchas veces al divulgador si es rentable el tiempo invertido en comunicar Ciencia a través de su blog.

Personalmente, y desde la firme convicción de que la divulgación científica debe ser considerada parte de la labor profesional del profesor e investigador universitario, soy firme partidario de que dichas tareas divulgativas sean primadas -o al menos no obstaculizadas-,  al igual que actualmente se ha empezado a hacer con otras labores como la gestión universitaria, siempre y cuando su dedicación no tenga efectos negativos sobre los dos pilares básicos de la máxima institución docente, la investigación y la docencia.

¿Y esto es posible? Desde mi experiencia personal puedo asegurar que no solamente es posible divulgar sin que se resientan nuestras labores docentes e investigadoras, sino que además éstas últimas pueden nutrirse de las tareas de divulgación científica realizadas por el profesional universitario. Veamos.

Desde el punto de vista docente, y en la asignatura de Bioinformática perteneciente al Grado de Bioquímica de la Universidad de Murcia, se ha puesto en marcha este año una nueva iniciativa innovadora en dicho centro basada en la divulgación científica. Una vez recibidos los contenidos teórico-prácticos incluidos en el programa de dicha asignatura, los alumnos diseñan, maquetan y editan diferentes blogs científicos en los que publican, de forma comprensible para el público en general, diversos posts relacionados con trabajos científicos que han sido publicados recientemente en las principales revistas del mundo y que están relacionados  con la materia recibida a lo largo del curso. Los resultados docentes evaluados, y las encuestas de retroalimentación efectuadas sobre dichos alumnos, muestran como la experiencia no solamente ha sido positiva académicamente sino que los alumnos han recibido con gran entusiasmo el uso de las nuevas tecnologías como herramienta docente y que, además, les han servido para introducirse por primera vez en el mundo de la comunicación científica.

Por otra parte, la labor de divulgación científica cobra aun más importancia en el campo de la investigación. A pesar de que en muchos centros universitarios existen unidades de cultura científica que se dedican, entre otras cosas, a divulgar los resultados de los grupos de investigación que forman parte de su comunidad universitaria, es evidente que estas unidades solamente pueden hacer llegar al público un mínimo porcentaje de los trabajos publicados por sus investigadores. La teoría dice que esas unidades u otras agencias externas deberían ser las encargadas de divulgar esos resultados… pero la realidad queda muy lejos de esa situación idílica.

Ante esta situación el investigador, una vez conseguido el objetivo primordial de publicar sus resultados en una revista de reconocido prestigio, puede tomar la opción no divulgar los frutos de sus investigaciones o hacerlo de forma que no solamente dé a conocer a la población los resultados de su labor diaria en los laboratorios de investigación y las posibles aplicaciones prácticas de los mismos, sino que logre que el sector empresarial pueda llegar, a través de esta forma de comunicación científica, a conocer dichos resultados y a establecer contactos con los grupos de investigación. Es verdad que también existen otras vías, pero no es menos cierto que aun existe un gran problema en la comunicación científica entre el sector público y el privado por lo que cualquier nueva iniciativa debería ser bienvenida… y más si da sus frutos.

Además, y a pesar de una absurda corriente de opinión establecida, no debemos olvidar que la sociedad no sólo tiene derecho a conocer dichos resultados obtenidos en la mayoría de las ocasiones con fondos públicos, sino que también está tremendamente interesada en que los investigadores se los contemos de una forma comprensible y amena como se hace desde los blogs científicos.

Por último, y en los difíciles tiempos por los que pasa la Ciencia en este país fruto de absurdos y desequilibrados recortes económicos en Investigación y Educación, las Universidades que apuesten por la divulgación científica, como es el caso de la UPV/EHU, pueden obtener un alto valor añadido frente a otras instituciones docentes que la dejen de lado, colocándose en una situación de privilegio en el panorama universitario español.

Después de todo lo que han leído… ¿de verdad creen que esta labor que algunos profesionales universitarios hemos decidido llevar a cabo debe ser realizada fuera de nuestra jornada laboral, utilizando nuestro tiempo libre y el de nuestras familias y, además, teniendo que aguantar estar en el punto de mira de la comunidad universitaria?

Yo, desde luego, no lo creo y, aunque lo veo difícil, espero sinceramente que el panorama de la divulgación científica desde los blogs realizados por profesionales universitarios cambie radicalmente porque, en caso de no hacerlo, su futuro lo veo muy negro.

Sobre el autorJosé Manuel López Nicolás (@ScientiaJMLN) es profesor del Departamento de bioquímica y biología molecular, Universidad de Murcia; autor de Scientia

Nota: este texto resume la presentación que hizo el autor en el seminario “Instituciones científicas: producción y comunicación de la ciencia” que se celebró en Bilbao el 25 de abril de 2012, organizado por la Cátedra de Cultura Científica y la Fundación Biofísica Bizkaia. Ver aquí la crónica que publicó GUK sobre el desarrollo del seminario.


Divulgación vs. investigación

Las universidades y centros de investigación no deben, con carácter general, incentivar o recompensar de algún modo las actividades de divulgación científica de su personal investigador.

El objetivo que debe marcarse un investigador que inicia su carrera científica es el de formarse como tal investigador. Esto no quiere decir que no deba hacer otras cosas en su vida. Por supuesto que tendrá sus aficiones, sus hobbies, su vida social, etc., pero la tarea a la que debe dedicar su actividad “profesional” o, si se quiere, “laboral”, es la de formarse como científico. Y eso se consigue haciendo investigación y tratando de que esa investigación sea lo mejor posible. En ciencia, decir que una investigación es buena significa, o implica, que los resultados de la misma tienen mucho interés para los especialistas, lo que se traduce en que los artículos científicos en los que se publican esos resultados son citados por muchos colegas en sus propias publicaciones. Por esa razón, el rendimiento de esa actividad formativa y el nivel que alcanza el investigador en ese periodo se evalua a partir del número de artículos que publica y del número de citas que reciben esos artículos. Esos son los criterios que tendrán en cuenta quienes deban decidir acerca de si concederles nuevas ayudas para proseguir sus carreras o contratarlos en sus centros o equipos.

A los centros de investigación, departamentos e institutos universitarios, y universidades, también les interesa que su personal investigador, en general, y sus investigadores en formación, en particular, ofrezcan el máximo rendimiento posible en esos términos. Esa es la mejor garantía de que su actividad investigadora es de calidad y de que su personal ha alcanzado la mejor cualificación posible. Y por esa razón, esas instituciones, de un modo u otro, incentivan la publicación de artículos en revistas científicas de alto nivel. Solo de esa forma, además, alcanzan el reconocimiento internacional como centros de calidad y, en el caso de las universidades, obtienen buenas posiciones en los rankings internacionales.

Si incentivasen otro tipo de actividades, como la de la divulgación, por ejemplo, correrían el riesgo de que se le dedicasen demasiados esfuerzos a esas otras actividades, lo que iría en detrimento del objetivo básico y fundamental de esas instituciones, que es la buena investigación. Por lo tanto, no deben incentivarse.

¿Quiere eso decir que los investigadores no deben divulgar los resultados de su trabajo? No, no quiere decir eso. Los investigadores, a título personal, pueden hacer lo que mejor les parezca, del mismo modo a como hacen en general con su tiempo libre. Pero una cosa es que hagan lo que les apetezca y otra, muy diferente, es que las actividades distintas de la investigación se premien. Como ya he señalado, recompensar actividades diferentes de la investigación de calidad provocaría una peligrosa confusión en los objetivos de las instituciones.

¿Quiere esto decir que las instituciones de investigación no deben tener entre sus objetivos el de dar a conocer y divulgar sus resultados? Por supuesto que no quiere decir eso. Las instituciones de investigación deben promover y facilitar la divulgación y extensión social del conocimiento científico, en general, y de los resultados de su investigación, en particular. Pero los responsables y agentes de esa tarea no tienen por qué ser los investigadores, y menos aún los investigadores en formación. Lo que deben hacer esas instituciones es contar con personal específico para esa tarea o recurrir a agencias profesionales externas.